
Mtb
De Calles a Benagéber por pistas forestales
Mapa
Crónica
Ayer, como buena parte de los domingos, Juan y yo teníamos ganas de coger la bici para ir a descubrir nuevos caminos y espectaculares paisajes. Pero esta semana a Juan le apetecía coger la bici de montaña en vez de la de carretera. Yo tampoco había planificado ninguna ruta, así que decidí darle la vara de mando y que él llevase el rumbo.
La verdad sea dicha, cuando me dijo de coger esta vez la bici de montaña, yo pensé en que me diría «pues al parque fluvial, o las Rodanas, o la Vallesa», planes que sólo de pensarlos me entra un hastío que lo más probable es que me hubiera quedado en casa. Pero no, lo que planteó era una ruta que iba de Calles a Benagéber, haciendo la ida pasando por el Collado Estrecho y la vuelta por la fuente de Jórgola.
La necesidad de coger el coche aumenta mi pereza en un 600%, pero a cambio haríamos una ruta de casi 50 kilómetros por una pista inmaculada —tanto es así que todo el recorrido puede verse en el Google Street View— con una subida enorme donde poner a prueba tu capacidad de pedalear y tras almorzar, disfrutar de bajadas de decenas de kilómetros, anchas y rectas donde sólo con ayudar un poco a la gravedad con tu pedaleo, puedes volar surcando las lomas a más de 40 kilómetros por hora, dejando que los tacos de las cubiertas se encarguen de guiarnos en las curvas sin prácticamente necesidad de frenar.
Tras el madrugón y el viaje en coche, la hermana y el cuñado de Juan tuvieron la amabilidad de invitarnos a desayunar en su casa, en Calles. Nos vino genial para afrontar el día con un poco más de ganas, porque entre el sueño y la resaca que calzaba me daba miedo pensar en empezar a moverme. Al menos la mañana estaba despuntando como un día de primavera, así que no tardaríamos mucho en calentar.
Los primeros kilómetros suben de forma moderada frente a los viñedos de la bodega Vegamar hasta llegar a la Cuesta del Muerto, donde bajaremos rápidamente al cauce del Túria. El puente de Barraquena sirve como frontera para diferenciar el incio del gran reto del día: alcanzar el paso del Collado Estrecho, a la vera del pico Tiñoso. Subir 450 metros durante unos fatigosos cuatro kilómetros y medio no se hacen con el plato grande.
Este tramo ya lo había recorrido en una ruta con El Perro Verde, así que sabía de sobra lo que me esperaba, y aún así, me quedé corto al recordarlo. En vez de ir al ritmo de Juan lo mejor sería subir a mi aire y esperarlo en la cima. De este modo, además de poder comparar nuestras subidas en el Strava, sabría si he mejorado mi forma física entre los casi dos años que han transcurrido desde que pasé por aquí.
Más de media hora subiendo una rampa del 10% con tramos del 15% acaba desquiciando, pero el rato de relax al solecito mientras esperaba a Juan lo compensaba. Además me vino muy bien para dejar evaporar un poco el sudor. Me las prometía muy felices pensando que lo duro ya había acabado, pero aún quedaba mucho que subir en un continuo rompepiernas hasta alcanzar el Collado del Mas de Alonso, el punto más alto de la ruta con 932 metros.
Una suave bajada por el Llano de Nieva nos dirige a Benagéber, donde volvemos de nuevo a almorzar en el bar del pueblo tal y como hicimos el día que bajamos por la carretera de la presa. Al poco rato llegó la hermana y el cuñado de Juan en su quad a almorzar con nosotros. Tras los bocadillos, la cerveza y el café llegó el momento de disfrutar realmente sobre la bici. ¡Aún quería volver Juan con el quad, ahora que empieza lo bueno! Cinco kilómetros de contenida subida volviendo sobre nuestros pasos hasta el Collado de Nieva y a partir de ahí, bajar como pocas veces hemos bajado. Primero, siguiendo el barranco del Mas de Cervera, y luego el barranco de Coraje y de Tuesa. Te acostumbras tanto a la velocidad que al final acabas trazando las curvas inclinándote de un modo que a primera hora de la mañana ni te plantearías.
Este desenfreno acaba al reencontrarnos con el Túria, esta vez encajonado en un paisaje desbordante que podemos contemplar desde lo alto de un puente. Tras la inevitable parada para hacer un montón de fotos desde un lugar tan privilegiado, donde se oye el sonido de pequeños saltos de agua y con la cara acariciada por el viento, no queda más remedio que continuar por una carretera desierta y estrecha que nos dejará en Calles tras pedalear seis kilómetros. No creas que es poca cosa, porque la carretera sube unos 160 metros, pero con unas vistas maravillosas contempladas tras vetustos guardarraíles supervivientes del plan Peña. No en vano, un cartel a su inicio la cataloga de carretera turística.
Más tarde de lo que habíamos previsto llegamos a Calles muertos de cansancio, pero si no fuera por el coche aún hubiéramos continuado a Valencia pedaleando. Cuando dijimos por la mañana «igual nos da tiempo a subir al Remedio» no sabíamos lo que estábamos diciendo.
Visor
Fotos de la ruta




Waypoints de la ruta
Puente
Puente Barraquena

Collado de montaña
Collado Estrecho



Intersección
Cruce del camino de Jórgola


Fuente
Fuente de Jórgola


Waypoint
Sifón del canal del Túria

Puente
Puente sobre el Túria




Waypoint
Inicio de la CV-3980

Foto
Puntal de la Cerrada

Foto
Vista de Calles desde el Radiofaro


Foto
Escala de gaviones del desagüe del Romano

Waypoint
De vuelta en Calles


Foto
Volviendo a Valencia


Puntuación de la ruta
Tres estrellas y media





Dos pedales y medio





Tres árboles





Ningún coche





Un hueso roto





Una piedra y media





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