Cicloturismo

Presentación del albergue de Rodamons en Marines

Domingo 15 de junio de 2014

Mapa

Crónica

Nos vamos a Marines de la Sierra con AMA para celebrar la inauguración del nuevo albergue del proyecto Rodamons, disfrutando de un día perfecto de paella, tabule, sol, manguerazos y mucha bicicleta.

La gran duda del día era la bicicleta que podría llevar. La de montaña es insufrible para ir toda la ida y parte de la vuelta por el asfalto. La de carretera no la puedo meter al volver por el parque fluvial, porque la desmonto, y además hay cosas que no se podrían llevar si no es en una mochila, como el plato. Así que al final vuelvo a recurrir a los clásicos que nunca mueren y me voy con mi Orbea de paseo, que nunca me deja tirado. Le planto la alforja y en paz.

La ruta sale desde la plaza de Nuevo Centro a las nueve de la mañana y se aleja de Valencia por la avenida de las Cortes. De forma sorprendentemente rápida y sin sobresaltos vamos haciendo kilómetros pasando por carriles bici cercanos al campus de Burjassot y dejando atrás Godella y Campo Olivar por la carretera de la Cruz de Gracia.

Atravesaremos Mas Camarena hasta llegar por carreteras vecinales a Bétera, donde hacemos una parada en el bar Alameda, donde almorzamos y nos reencontramos con los que han venido en metro hasta aquí. Ahora empieza la parte más desafiante de la ruta.

Por el carril bici de la CV-333 y CV-25 —un carril bici en condiciones, asfaltado y tan ancho como una carretera— llegaremos hasta Olocau, cruzándonos continuamente con ciclistas de carretera que suben y bajan de la Calderona.

Ya en Olocau, tras la gran subida y rápida bajada que hay antes de llegar, nos refrescaremos en la fuente que hay en la entrada. A continuación sólo nos queda seguir la CV-25 hasta llegar a Marines de la Sierra, también conocido como Marines Viejo. La casa de Rodamons se encuentra en la misma carretera.

Las cuestas y el calor que hace a la una de la tarde se pasan rápidamente empapándose con un manguerazo. A medida que la gente llega, el gran patio de la casa se va llenando de bicicletas mientras las paellas se acaban de cocinar.

Cervezas, bebida, algo de picoteo, paella, tabule, postres veganos… Aunque en un principio parecía que la comida iba a ir algo justa, al final sobró. Además, resultó el día perfecto para celebrar el cumpleaños de Gassan con una tarta, velas e incluso regalos.

Como el fin de semana estaba resultando mucho más cansado que lo que supuse en un principio, el sueño empezó a afectarme. Tuvimos que ir al bar a tomar café, pero afortunadamente al poco salimos de vuelta a Valencia. Aún no me he dormido con el manillar en la mano.

La vuelta resultó bastante más rutinaria que la ida. La bajada a Olocau fue fenomenal, poniendo al límite la bicicleta, oyendo los guardabarros vibrar y los rodamientos de los ejes sufrir sus muchos kilómetros a sus espaldas. Como el desarrollo es bastante corto, al final lo mejor es dejarse llevar poniendo el pecho prácticamente pegado al manillar.

Tras pasar Olocau seguimos un camino diferente, pasando por Marines del Valle (o Marines Nuevo) hasta llegar a Llíria. Después de pasar por Llíria iremos hasta Riba-roja pasando por Benisanó y La Pobla de Vallbona. Ya sólo nos queda el rutinario paseo por el río hasta llegar al parque de cabecera, fin de un día espléndido.